Magazine SLV. Artículo de Laura Ramos
El pasado viernes 27 de octubre, a la seis y media de la tarde, comenzó la gran final de Sanse Cortos en abierto. Se trata de una muestra que ya es tradición en Sanse y consigue reunir una gran cantidad de público, entre el cual hay mucha gente que asiste a todas o a casi todas las sesiones que se celebran aproximadamente una vez al mes, con una periodicidad algo menor.
Foto: Sanse Cortos en Abierto
Los siete cortos que se proyectaron en esta final habían sido seleccionados, al igual que otros años, por el público que fue asistiendo a las sesiones de los meses precedentes y habían votado los ganadores de cada sesión.
En las sesiones que tienen lugar cada mes, el equipo de Sanse Cortos en Abierto procura que haya variedad en los géneros y estilos de los cortometrajes y en las emociones que estos pueden transmitir y esto mismo se ha visto reflejado en la gran final, pues los cortos finalistas trataban temáticas variadas y transmitían emociones desde la angustia y el miedo, hasta las carcajadas más sentidas.
Tanto Sanse como Alcobendas cuentan con personas culturamente inquietas que durante varios años han colaborado en hacer llegar al público corriente cortometrajes y otras películas que, de otra forma, muy probablemente nunca llegarían a ver. Es muy probable que los movimientos de la asociación Vértigo de Alcobendas en algo hayan inspirado e influido en la actividad de los organizadores de Sanse Cortos en Abierto. Como persona que en una ocasión participó en una selección de cortometrajes para una muestra de esta primera asociación, sé que la tarea de selección es un trabajo en equipo en el que a veces hay que dejar de lado los propios gustos personales en pos de la variedad de argumentos y temáticas y que, si bien el criterio de la calidad es uno de los criterios fundamentales, también hay otros varios como la originalidad de las historias y estilos narrativos, un contrapunto en la muestra que la haga enriquecedora, el valor simbólico de los cortos aportados y otros varios que también tienen algo que decir. Sanse Cortos en Abierto cuenta, además, con una alta profesionalidad en el sector de sus organizadores, lo cual aporta un valor añadido en los premios que entregan en la gran final, además del premio del público en el que el público vota nuevamente entre los finalistas para seleccionar al gran ganador de la muestra.
En esta ocasión el cortometraje ganador de la muestra fue La Banyera, un corto dirigido por Sergi Martí, que con una gran sencillez en cuanto a recursos escenográficos empleados, logra captar y mantener la atención del público mediante la tensión creada por un guión atractivo e interesante que consistente en una conversación telefónica que logra contar muchas cosas y, con seguridad, no dejó a nadie indiferente.
Si bien, La Banyera fue el corto ganador y es difícil dudar de su gran calidad, todos los cortos presentados tenían alguna o varias características que les aportaban valor e interés y tenían ingredientes que les pueden ayudar a perdurar en la memoria de las personas. Es una suerte contar con esta muestra en Sanse. Gracias a Sanse Cortos en abierto por ofrecernos esto.
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