La legendaria discoteca Pachá, fundada en la isla de Eivissa en 1973, celebra su 50 aniversario este año, una historia que refleja la evolución turística de la región, impulsada por los visitantes de las Pitiüsas a lo largo del último siglo. Ricardo Urgell, el visionario detrás de Pachá, vio una oportunidad de negocio donde otros solo veían hippies y campo. Antes de esto, ya había incursionado en negocios turísticos en Sitges, una localidad que vivía de la agricultura y la pesca antes del auge del turismo.
La apertura de Pachá en Sitges marcó un antes y un después en la vida de Urgell. Inspirado por un nuevo concepto de local de baile, decidió inaugurar el primer Pachá el 22 de julio de 1967, convirtiéndose en el inicio de una icónica marca que pronto daría la vuelta al mundo. Pachá Ibiza se fundó en 1973 y se construyó en una zona prácticamente virgen en ese momento. La discoteca se convirtió en un punto de encuentro para los hippies y beatniks, que encontraron en la isla un lugar de libertad y tolerancia.
El libro «Balearic: Historia oral de la cultura de club en Ibiza» recuerda que Pachá y otros lugares de ambiente eran frecuentados por aquellos que buscaban una experiencia contracultural en la isla. Sin embargo, la situación política y la censura bajo el régimen franquista afectaron la música y el contenido de los locales.
En los años 80, con el auge de las discotecas en la isla, Pachá cambió bajo la influencia de los promotores extranjeros, lo que llevó a la masificación y estandarización del negocio. La transformación de la isla continuó con un urbanismo desenfrenado y la proliferación de hoteles y discotecas. Aunque la isla siguió siendo un destino popular, también enfrentó desafíos relacionados con el turismo masivo y la pérdida de su autenticidad.
En los últimos años, la venta de Pachá a un fondo de inversión de Dubái ha generado preocupación sobre la pérdida de la esencia original de la discoteca. La isla ha vivido una transformación enfocada en la rentabilidad económica, lo que ha llevado a algunos a lamentar la pérdida de su alma y autenticidad.
A lo largo de su historia, Pachá ha sido un símbolo de la vida nocturna de Eivissa y ha dejado una marca indeleble en la cultura de la isla. A pesar de los cambios y desafíos, sigue siendo un destino icónico para los amantes de la música y la fiesta en todo el mundo.
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