El Atleti vuelve a la mentalidad perdedora

Magazine SLV. Artículo de opinión de Julio Gómez

Otro partido inaceptable del Atleti jugando la competición doméstica. Esta vez en casa, sorprendentemente. El Barça pintó la cara a los rojiblancos y lo hizo sacando su mejor versión de ‘ADN blaugrana’. Tocando y buscando espacios con calidad. Todo ello ante la pasividad de un rival que venía emocionado de eliminar al Inter por penaltis. El cansancio no puede ser una excusa. El duelo dejó una moraleja, en mi opinión. El Atleti vuelve a la mentalidad perdedora. Parece que se conforma con obtener el cuarto puesto en Liga. Hay motivos para argumentarlo y hay una clave para ello: La dirección de Diego Pablo Simeone.

Memphis Depay no fue titular. Se lo merecía por su buen trabajo en Champions. Sin embargo, el técnico argentino cree más en un Morata que falla más de lo debido. Tampoco tuvo opciones de inicio Ángel Correa para gozar de esa bonita imprevisibilidad. Por otro lado, Griezmann el hombre clave de esta plantilla, empezó en el banquillo. ¿De verdad Simeone quería ganar al Barça? ¿Dejando a los mejores sin jugar? Tácticamente tampoco fue la panacea poner a Riquelme como delantero. El míster argentino no acertó en sus decisiones. Hay que decirlo porque así mejorarán los colchoneros. Transmitir confianza a los futbolistas es un punto importante en el fútbol. Anoche eso no se vio en los locales.

No pasa nada. El Atleti actualmente va quinto en Liga, pero ganó al Madrid. Eso ya es un título, dirán algunos forofos. Conformismo puro y duro porque igual tienen que jugar la Europa League. Eso sería ya un suspenso en junio para el entrenador mejor pagado del mundo. Lo fiarán todo a una Champions donde no son favoritos. Temporada insuficiente, de momento. Veremos cómo acaba, pero cada día que pasa es más difícil defender las decisiones de Simeone. Eso sí, si levantan la ‘orejona’ le sacarán a hombros. No tiene pinta. Igual hay que ir pidiendo un cambio en el banquillo del Metropolitano. Todo sea para levantar la moral de una plantilla que, por nombres, tendría que estar comiéndose el mundo.

Fotografías de Óscar Manuel Sánchez