Magazine SLV. San Sebastián de los Reyes. En el imponente escenario del Grand Palais de París, Viviana Marton, con tan solo 18 años, escribió su nombre en la historia del deporte al coronarse campeona olímpica en taekwondo en la categoría de menos de 67 kilos. Un triunfo que llenó de orgullo a dos naciones, aunque el oro no se refleje en el medallero de España. Y es que, aunque Marton nació en Tenerife y ondeó con fervor la bandera de Canarias tras su victoria, el himno que resonó en su honor fue el de Hungría.
Esta joven atleta compite bajo la bandera húngara, país de origen de sus padres, quienes se trasladaron a Tenerife fascinados por la isla tras unas vacaciones. Fue en la isla donde Viviana y su hermana gemela, Luana, dieron sus primeros pasos en el taekwondo. Luana, presente en París como ‘sparring’ de su hermana, no logró clasificarse para los Juegos, pero vivió intensamente el éxito de Viviana desde la primera fila.
El camino hacia el oro de Marton no ha sido fácil. Optó por representar a Hungría no solo por sus raíces, sino porque este país le ofreció mejores oportunidades para desarrollar su carrera deportiva, con mayor libertad para entrenar y competir a su manera, desmintiendo cualquier rumor sobre un rechazo por parte de la federación española.
La historia de las hermanas Marton es una de sacrificio familiar. Sus padres, que apostaron todo por el futuro deportivo de sus hijas, se trasladaron a Madrid cuando las gemelas tenían solo 12 años, dejando atrás su vida en Tenerife para permitirles entrenar en el prestigioso gimnasio Hankuk, bajo la dirección de Suvi Mikkonen y Jesús Ramal. Lo que parecía una locura, hoy se revela como una decisión acertada: una campeona olímpica y una campeona mundial en la familia Marton.
Ramal, entrenador y testigo del crecimiento de Viviana, no puede ocultar su orgullo. «Sabíamos que podía sorprender, pero no imaginábamos hasta este punto», comenta emocionado, destacando tanto el talento de Viviana como el excelente trabajo de Mikkonen en su rol de entrenadora. Marton no solo se coronó campeona, sino que lo hizo con un estilo deslumbrante, demostrando que, además de ser una atleta de élite, es toda una ‘showgirl’.
Con cinco títulos europeos en su haber, Viviana Marton ha tocado el cielo en París, ondeando las banderas de Hungría y Canarias con orgullo. Y aunque hoy celebra bajo el himno húngaro, quién sabe si en el futuro será el himno español el que suene en lo más alto del podio. Por ahora, el deporte celebra el triunfo de una joven prodigio que ha conquistado el mundo.
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