Magazine SLV. El ex Inspector Jefe de la policía local de Algete presenta su libro ‘Luchando contra las cloacas policiales’
Gabriel Trejo presenta su libro ‘Luchando contra las cloacas policiales’. Este licenciado en Historia y Experto Universitario en Criminología fue Inspector Jefe de la policía local de Algete de 2002 a 2014. Un investigación que llevó a cabo sobre unas presuntas torturas de agentes de la Guardia Civil le granjeó numerosas enemistades y un proceso judicial que acabó con su carrera.
Pregunta. ¿Quién es Gabriel Trejo?
Reespuesta. Soy una víctima de un montaje policial. Ha habido varios a lo largo de la historia. En este caso he decidido explicar a toda la sociedad que hay que funcionarios que tienen comportamientos poco éticos. He sido policía durante más de 35 años. Nunca he tenido una conducta reprobable hasta el caso en el que investigué unas presuntas torturas de la Guardia Civil. Vengo a contar la lucha que tengo desde hace nueve años para visibilizar lo que es una injusticia. Un proceso que se ha hecho contraviniendo el derecho internacional. No se debe realizar una investigación a aquellas personas que hayan denunciado violación de derechos humanos. Esto es una guerra sucia. Se utiliza el derecho penal para acabar con las personas. En España hemos sido condenados once veces por estos sucesos. Por no perseguir adecuadamente las torturas policiales.
P. Cuando se habla de torturas se viene a la mente el franquismo. Tu dices que estos hechos siguen estando en la actualidad.
R. La tortura no está instaurada en España, pero sí se dan casos. Se ha visto en los Mossos d´Esquadra, que han sido indultados tras torturas. Hay también oficiales de la Guardia Civil que también han sido indultados por ello. Son personas que se llevan a un detenido al monte y le torturas simulando un fusilamiento. Luego el Gobierno les indulta.
P. A nivel nacional se ha hablado del ‘Caso Kitchen’.
R. Este caso es muy mediático. Todos los partidos cuando llegan al poder utilizan los resortes para eliminar lo que consideran incómodo para su gestión. No hay un cultura de la defensa de lo público. Por ejemplo, el Alcalde de Londres va a trabajar en transporte público. En España esa cultura se utiliza en beneficio propio o del partido.
P. En 2023 la policía está siendo cuestionada ahora mismo por estar en una manifestación para que no haya gente que asalte las instituciones. Se ha vivido en el Congreso o en la calle Ferraz.
R. El problema de este país es que la policía tiene poco prestigio social como sí ocurre en Alemania, Inglaterra o Países Bajos. Hace falta un debate sobre el modelo policial. Tiene que ir hacia una policía más comunitaria. Que sepa entender los problemas. Ese debate no lo lleva ningún programa electoral. El modelo policial es de 1992. Este país ha cambiado mucho desde entonces. Hay que reformar los planes de formación o el despliegue territorial. Hace poco me invitaron a un debate sobre si se debería eliminar la policía porque era el problema. Hay que borrar el concepto de ‘Cuerpo de policía’. Son ‘servicios públicos de policía’. Debe haber materias en los planes formativos que sean más de la realidad de la calle. Está bien aprender a disparar o a desarmar a una persona con un cuchillo, pero no es suficiente. Durante mi formación solo recibí una hora sobre ‘Derechos Humanos’ y cero sobre feminismo. En Holanda, por ejemplo, los policias de barrio deben pasar una formación en la universidad donde tocaban aspectos como psicología, primeros auxilios… Hay que ver que se hace en Europa
P. ¿Te han tirado de las orejas muchos colegas tuyos al ver que existe este libro?
R. Los que me quieren me dicen que no me estoy buscando amigos. Observo una cobardía social. Ves frialdad. Nos hemos vuelto insolidarios. A otros les incomoda lo que cuento. Lo que pase en el Estrecho, los niños muertos en Gaza o en Ucrania nos queda tan lejos que nos hace callo. Los que están muriendo son personas. Lo máximo que hacemos son manifestaciones.
P. Siguiendo con la policía, en Sanse hemos tenido el famoso ‘ Caso Persépolis’.
R. En la policía de Sanse hay un gran grupo de profesionales. Les conozco. Ello no quita que haya individuos que han tenido ese comportamiento. Me parece que había que tener una respuesta más contundente en estos casos. La buena imagen de estos trabajadores se puede venir abajo por una actuación de dos desalmados. Lo grave es que suceda y que haya quedado en nada desde el punto de vista administrativo.
P. La imagen ya venía tocada con las últimas oposiciones a policía local.
R. Sí, espero que se solucionen estos problemas. En Sevilla hubo una sospecha de una oposición del año 2002. El juzgado, recientemente, ha mandado anularla. Los policías pierden su plaza de funcionarios y volver a examinarse. La solución no es la mancha que se ha dejado. Ha habido una falta de valentía por parte de los opositores. No hay querido denunciar por no quedar manchado. Si es verdad lo que se rumorea es una situación muy grave. Se pone en duda la honarabilidad de la función pública. Espero que la Alcaldesa tome medidas. Debe llevarse hasta el final. Como vecino de Sanse lo exijo.
P. Por último, en general la respuesta política ante los casos de cloacas policiales es también llamativa.
R. Es igual como la respuesta política ante mi caso. He recorrido diversas instituciones y hay falta de coraje. Si un político conoce los hechos debe defender los derechos. Lo malo no es lo que me pasó a mí. Se me inhabilitó y el mensaje que queda es «cuidado cuando se investigue una cosa como esta porque mirad lo que le pasó a Gabriel». No puede haber dudas de que si hay una vulneración de derechos hay que ser contundentes. La política es importante.
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