Magazine SLV. Artículo de Santiago Izquierdo, Cronista Oficial y Archivero emérito de San Sebastián de los Reyes
En diferentes ocasiones he ido desgranando las fiestas populares de San Sebastián de los Reyes, desde que existen fuentes documentales, y así se ha ido pasando por los siglos XVII hasta el XIX. En esta ocasión me voy a fijar en lo que nos dicen los “papeles” que se guardan en el Archivo Municipal sobre las fiestas que celebraron nuestros antepasados durante los primeros años del siglo XX.
Los documentos que se conservan son muy interesantes, dado que nos dan una visión general de los actos que se celebraban, y así podemos sacar varias conclusiones de cómo fueron aquellas fiestas, ya que lamentablemente carecemos de imágenes, o las pocas que existen no reflejan lo que
documentalmente aparece.
Siguiendo un orden cronológico intentaré exponer, no se si con mucho éxito, lo que nos ha quedado en los expedientes de festejos del Ayuntamiento. Del año 1904 tan sólo se conserva el programa que presenta el maestro polvorista Pascual Martí, afincado en Tetuán de las Victorias, y en el que desglosa detenidamente en que consistirá el mismo. Es una lástima no poder reflejarlo íntegro, pues hay datos sumamente curiosos como los disparos “prusianos”, las “palmeras del desierto” y el disparo de la “tetuanera” que se componía de tres estrellas con sus correspondientes solecillos que terminaba
con un gran fuego cruzado de chispas arabescas.
Foto: Santiago Izquierdo
También disparan “La invencible”, que nos informa que fue muy aplaudida en la plaza de toros de Madrid; “El espejo de Júpiter” y un largo etcétera de fuegos de artificios qué aunque muy curiosos en su denominación no es posible detallar en estas líneas.
El importe de esta función pirotécnica fue de 160 pesetas, y qué si se llevó afecto, pues consta en el documento el conforme municipal. En el expediente de ese año hay otro presupuesto del pirotécnico Mariano Pérez, de la calle Bravo Murillo, núm. 15 de Madrid y que no debió ser del agrado de las autoridades, aunque disparaba dos meteoros de gran explosión y una traca final al estilo de Valencia. Su presupuesto era más reducido, tan sólo 90 pesetas.
Año 1905
El expediente del año 1905 está más documentado, pues en él aparece la Cuenta de la Función, que tuvo de ingresos 2.505 pesetas y de gastos 2.225 pesetas, por tanto, tuvieron un superávit de 225 pesetas, ahí es nada. Este año la pólvora costó 165 pesetas, cinco más que el año anterior. Lo que no nos
aclara quien fue el pirotécnico que encendió la mecha.
La partida de gastos más abultada se corresponde, y como está mandado, al capítulo de los toros que costaron 1.300 pesetas, más del cincuenta por ciento del presupuesto.
Nos encontramos con un certificado que firman los diestros que van a intervenir en la corrida de novillos en el día de la fecha, en el que hacen constar que la plaza pública está en estado inmejorable para la celebración del evento.
Firmado el día 29 de agosto de 1905. Aparecen las firmas de Pablo Cuesta, Ramón Lebrero, Eugenio Sanz y Vicente Sanz, con el visto bueno del alcalde. Otro documento interesante es el que firma el Doctor Juan Bertoncini Abaurre en el que refleja que durante la lidia de reses han ingresado en la enfermería.
En diferentes ocasiones he ido desgranando las fiestas populares de San Sebastián de los Reyes, desde que existen fuentes documentales, y así se ha ido pasando por los siglos XVII hasta el XIX. En esta ocasión me voy a fijar en lo que nos dicen los “papeles” que se guardan en el Archivo Municipal sobre las
fiestas que celebraron nuestros antepasados durante los primeros años del
siglo XX.
En diferentes ocasiones he ido desgranando las fiestas populares de San Sebastián de los Reyes, desde que existen fuentes documentales, y así se ha ido pasando por los siglos XVII hasta el XIX. En esta ocasión me voy a fijar en lo que nos dicen los “papeles” que se guardan en el Archivo Municipal sobre las
fiestas que celebraron nuestros antepasados durante los primeros años del siglo XX.
Los documentos que se conservan son muy interesantes, dado que nos dan una visión general de los actos que se celebraban, y así podemos sacar varias conclusiones de cómo fueron aquellas fiestas, ya que lamentablemente carecemos de imágenes, o las pocas que existen no reflejan lo que
documentalmente aparece.
Siguiendo un orden cronológico intentaré exponer, no se si con mucho éxito, lo que nos ha quedado en los expedientes de festejos del Ayuntamiento. Del año 1904 tan sólo se conserva el programa que presenta el maestro polvorista Pascual Martí, afincado en Tetuán de las Victorias, y en el que desglosa detenidamente en que consistirá el mismo. Es una lástima no poder reflejarlo íntegro, pues hay datos sumamente curiosos como los disparos “prusianos”, las “palmeras del desierto” y el disparo de la “tetuanera” que se componía de tres estrellas con sus correspondientes solecillos que terminaba
con un gran fuego cruzado de chispas arabescas.
También disparan “La invencible”, que nos informa que fue muy aplaudida en la plaza de toros de Madrid; “El espejo de Júpiter” y un largo etcétera de fuegos de artificios qué aunque muy curiosos en su denominación no es posible detallar en estas líneas.
El importe de esta función pirotécnica fue de 160 pesetas, y qué si se llevó afecto, pues consta en el documento el conforme municipal.
En el expediente de ese año hay otro presupuesto del pirotécnico Mariano Pérez, de la calle Bravo Murillo, núm. 15 de Madrid y que no debió ser del agrado de las autoridades, aunque disparaba dos meteoros de gran explosión y una traca final al estilo de Valencia. Su presupuesto era más reducido, tan sólo 90 pesetas.
Año 1905
El expediente del año 1905 está más documentado, pues en él aparece la Cuenta de la Función, que tuvo de ingresos 2.505 pesetas y de gastos 2.225 pesetas, por tanto, tuvieron un superávit de 225 pesetas, ahí es nada. Este año la pólvora costó 165 pesetas, cinco más que el año anterior. Lo que no nos
aclara quien fue el pirotécnico que encendió la mecha.
La partida de gastos más abultada se corresponde, y como está mandado, al capítulo de los toros que costaron 1.300 pesetas, más del cincuenta por ciento del presupuesto. Nos encontramos con un certificado que firman los diestros que van a intervenir en la corrida de novillos en el día de la fecha, en el que hacen constar que la plaza pública está en estado inmejorable para la celebración del evento.
Firmado el día 29 de agosto de 1905. Aparecen las firmas de Pablo Cuesta, Ramón Lebrero, Eugenio Sanz y Vicente Sanz, con el visto bueno del alcalde. Otro documento interesante es el que firma el Doctor Juan Bertoncini Abaurre en el que refleja que durante la lidia de reses han ingresado en la enfermería el
que dijo llamarse Gregorio Caravaña Zorrilla con una pequeña herida contusa en la barba producida por arrastramiento, y Celestino Vargas Arribas con fenómenos pasajeros de congestión cerebral. Ambos pasaron a sus respectivos domicilios.
También aparece la autorización del Gobierno Civil para que el día 29 de agosto pueda celebrarse una corrida de novillos, bajo la dirección del diestro Francisco García “Frasquito”, cumpliendo las prevenciones contenidas en la circular de 25 de agosto de 1898.
Año 1906
En el expediente del año 1906, además de contener los gastos e ingresos algo menores que el año anterior, pues tan sólo se produjo un superávit de 180 pesetas.
Hay un escrito con el ofrecimiento que hace el diestro Martín Rodríguez “Manolete Chico”, con las siguientes condiciones: por la muerte y obligación de salir en la capea de novillos es de 50 pesetas. La cuadrilla son un espada, tres banderilleros, un puntillero y un sobresaliente de espada, esto es de paisano y si van de luces asciende a 65 pesetas. El sobresaliente de espada se llama
Gregorio Fernández “Carbonero Chico” de Madrid.
El disparo de la pólvora corrió a cargo de Pascual Martí como el año anterior y el importe fue el mismo del año anterior.
Es de destacar el contrato que suscribe Eugenio Sanz alias Mamita, vecino de este pueblo, soltero de ejercicio “torero”, en el se compromete a dirigir la lidia de las reses que han de lidiarse, si el tiempo no lo impide y previa autorización de la autoridad los días 29 de agosto y 8 de septiembre, auxiliándose de su cuadrilla.
Santiago Izquierdo G. Bárcena
Cronista Oficial y Archivero emérito de San Sebastián de los Reyes
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