21 de noviembre de 2024

Una película contra el fundamentalismo sectario: ‘Todos los nombres de Dios’

Magazine SLV. Artículo de Laura Ramos

Realmente la película dirigida por Daniel Calparsoro habla de la más terrible y máxima expresión del fundamentalismo: aquella que arrebata con frialdad extrema vidas humanas por no compartir su visión del mundo o pertenecer a otra cultura o quizás también, como algunos argumentan, haya intereses materiales detrás y no solamente el impulso de una férrea fe en que de esa forma se encontrará una anhelada salvación.

Telemadrid, RTVE, Prime Video, entre otras entidades productoras han colaborado, con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deporte y la Madrid Film Office en hacer viable económicamente una película que, basada en hechos históricos, cuenta una historia ficticia que esperemos que nunca se haga realidad: una vuelta del terrorismo islámico en nuestro país con una narración trepidante que tensiona mucho al tiempo que emociona.

Luis Tosar destaca en el reparto con una magnífica interpretación, pero también es destacable y meritorio el trabajo de otros actores y actrices del reparto. Los personajes son interesantes, tanto masculinos como femeninos, y el conocer parte de sus historias nos explica parte de sus actitudes y caracteres. Sus expresiones remueven nuestro interior si se los mira con empatía.

La fe en una religión concreta no es la única ni mejor explicación a este tipo de sucesos. Existen, como explica la película, muchas formas de educar en la fe musulmana que no amparan arrebatar la vida a nadie y condenan este tipo de actos, aunque atenten contra personas que no compartan su fe, si bien es cierto que pueden hacerse interpretaciones fundamentalistas y crueles de esta y otras religiones, que, partiendo de sus mismas enseñanzas, les dan una forma que hace desaparecer cualquier atisbo de empatía con quienes se consideran enemigos. Afortunadamente esta cuestión, al menos en su cara más extrema, ya es mucho más marginal con las religiones llamadas occidentales desde hace muchos años, si exceptuamos los horrores que suceden día a día entre Israel y Palestina, pero aún queda mucho trabajo por hacer en algunos países islámicos.

Foto: RTVE

Incluso quienes han sido formados para no dudar al cometer este tipo de actos son humanos y tienen otras influencias, como bien muestra la película. Quizás esa sea la mayor esperanza que tengamos en que un atisbo de humanidad pueda asomarse y hacer frente al más férreo fundamentalismo sectario.

Esta película ya ha obtenido reconocimiento de crítica y participará en el Festival de cine de San Sebastián optando a la Palma de oro y, sin duda, lo merece. Espero que, de cara a nuestra experiencia real, sea más un aliciente para tener más recursos para luchar contra estos actos inhumanos y prevenirlos que una fuente de inspiración para quienes se planteen cometerlos. Quién sabe, si quizás alguno si la viera pudiera darse cuenta que, tras cometer un acto así pueden encontrar un tremendo vacío o, como dice un personaje de la película: “un infierno en la Tierra”.

                                                                Laura Ramos